Nada tiene que ver el concepto de televisor actual con el de hace unos pocos años. Un breve periodo de tiempo en el que su evolución tecnológica y estética ha sido enorme. El televisor ha sufrido una increíble evolución que no solamente ha incrementado exponencialmente su calidad de visionado y reducido notablemente su espesor y peso, sino que ha cambiado radicalmente su papel en nuestro hogar y nuestro concepto de entretenimiento en el mismo.

Los televisores se han convertido prácticamente en otro dispositivo móvil más, con más pulgadas, al mismo nivel que una tablet o un smartphone aunque con una portabilidad menor. En él podemos disfrutar de contenidos online a la carta. En este contexto cobran una especial distinción y relevancia los televisores integrados en espejos.

El usuario tecnológico es cada vez más exigente también a nivel estético. Busca el óptimo acondicionamiento tecnológico del hogar con un interiorismo de vanguardia. El espejo televisor nos permite la absoluta integración de pantallas en distintos puntos del hogar sin obligarnos a alterar el diseño y la armonía del espacio, camuflando o activando la imagen según decidamos.

Si hay dos conceptos que definen a la perfección los televisores espejo son la funcionalidad y la adaptabilidad. Pueden fabricarse a medida y se integran en prácticamente cualquier punto del hogar que deseemos. La imagen se esconde y aparece en el espejo de un modo fascinante y seductor, con una calidad de visionado excelente y sin olvidarnos de la función espejo que, por supuesto permanece intacta.

Pero su uso no solo se limita únicamente al ocio doméstico. Es un elemento destacado, innovador y eficiente en el entorno empresarial. En salas de reuniones, restaurantes o prácticamente cualquier tipo de comercio para ofrecer a sus empleados y clientes una experiencia audiovisual única y revolucionaria que, seguro, permanecerá en su memoria.